Soy Mariana

Parra

Psicoterapeuta, mamá, apasionada por la vida… y una mujer que aprendió a amarse..

Facilitadora en procesos de sanación. Seminarios Caminos (2010)

Terapeuta Gestalt y PNL.
Instituto Humana (2014)

Master Life Coach.
ILC (2020)

Inner Master.
Casa Soul of Love (2025)

Además de mi formación, he realizado numerosos cursos, retiros y estudios que me han permitido acompañar a cientos de mujeres en procesos de transformación emocional profunda.

Mi historia personal

Nací en Caracas, Venezuela. Soy la segunda de cinco hermanos. Mi infancia fue una mezcla de amor, trabajo duro y soledad emocional. Crecí entre ausencias, intentando llenar los vacíos de otros mientras me olvidaba de mí.

Fui una adolescente rebelde, expulsada de varios colegios, buscando atención en un mundo sin guía. A los 20 años me convertí en madre por primera vez, en medio de una relación marcada por el abuso físico y emocional.

Pero mi hijo —mi primer gran maestro— me dio una razón para levantarme. Salí de esa oscuridad con una maleta llena de miedos, pero también con una fuerza que apenas comenzaba a descubrir. Terminé mi licenciatura en Contaduría Pública con una gran pregunta latente:

¿Para qué viví todo esto?

¿Cuál era el propósito detrás del dolor?

¿Cuál era mi tarea pendiente conmigo misma?

Amarme.

En esa búsqueda de respuestas, me formé como terapeuta y fundé mis propios espacios de sanación y acompañamiento.

Años después migré a Estados Unidos y encontré en Miami un nuevo hogar. Me casé, tuve dos hijos más y me certifiqué como life coach. Pero el proceso de transformación no se detuvo.

Desde el 2020, toda esa experiencia, aprendizaje y cicatrices las he volcado en mi programa “Ámate Sin Límites”, una síntesis de todo lo que he vivido y enseñado. Creo fielmente que el amor es la base de toda sanación.

 Hoy no soy solo terapeuta. Soy una mujer que ha cruzado fuegos internos, ha roto pactos de silencio y ha comprendido que amarse a una misma no es egoísmo: es el principio de todo.

Porque lo que nos hace diferentes no es lo que vivimos, sino el valor de transformarlo.

La determinación de convertir el dolor en impulso. Y esa voz interior que te empuja a convertir tu historia en el camino hacia donde de verdad quieres llegar.

Desde que aprendí a amarme soy más feliz, más plena y más auténtica.

Escucha lo que han logrado otras mujeres